Los gallinazos sin plumas (libro de cuentos)
Los gallinazos sin plumas es el primer libro de cuentos del escritor peruano Julio Ramón Ribeyro, publicado en 1955.[5][6] Este cuento está ambientado en un arrabal de Lima y cerca al mar.Pero Enrique se enferma de las vías respiratorias, le da fiebre y al igual que su hermano queda postrado en la cama; el abuelo, enfurecido, amenaza con no darles comida hasta que retomen sus labores; él mismo intenta ir a los basurales pero fracasa estrepitosamente, al no tener la agilidad de sus nietos.Era invierno y al cerdo le empieza a dar la locura del hambre.De retorno con las latas llenas, Enrique no encuentra al perro y se entera entonces que el abuelo había apaleado al animal y arrojado su cuerpo como alimento para el cerdo.Pero este va en busca de su hermano, lo alza en hombros, y se marchan, dispuestos a vivir en otro sitio.Un día, el colchonero se encontró nuevamente con Allende y tras una discusión, lo amenazó con denunciarlo.Días después, fue a visitar al colchonero con un representante de la constructora, para pactar un arreglo.El colchonero terminó por aceptar, pues conocía lo intrincado y fatigoso que era andar en líos judiciales.Llegado ya mar afuera, muy lejos del litoral, Janampa ordenó a Dionisio que echara la red desde la popa.[11][12][24] Aparece la protagonista, doña Mercedes, que ingresa a su dormitorio, ya de noche.Mientras espera que la vela se consuma para dormirse, recuerda lo sucedido todo el día.Mercedes pensó que su esposo no sobreviviría, pero luego de un rato, Moisés despertó y se puso como loco, queriendo agredirla, tal como solía hacer cada vez que se emborrachaba.Pero cuando regresó a casa, su hijo le contó que su papá no estaba muerto, pues acababa de hablar con él.[13][14][25] Mercedes, en sus cavilaciones mientras esperaba que la vela se apagara, recordó la recomendación del enfermero.Ricardo le dice a Martín que se animara, pues había llegado su oportunidad de salir libre.Martín piensa entonces en Luisa y se lamenta tener que perder esa cita.Los demás detenidos arrinconan las bancas y forman un círculo, habilitando así un improvisado coliseo.[26] El comisario cumple su promesa y suelta a Martín, quien se dirige al paradero del tranvía.Martín quiere responderle, pero al ver sus puños lacerados, esconde las manos en sus bolsillos, avergonzado.[26][16] La protagonista, María, es una joven provinciana natural de Chincha, que trabaja como empleada del hogar en Lima.El relato se abre con ella refugiada en una habitación en Jesús María, a donde le lleva su amiga, sirvienta como ella, llamada Justa, donde debía encontrarse con un señor llamado Felipe Santos, una supuesta alma bondadosa, que se había ofrecido para ser su protector y darle nuevo trabajo.María no identificaba al tal Felipe Santos; de todos modos aceptó la oferta.María se queda inmóvil, sin atinar a negarse y salir de la habitación (¿a dónde podría ir, si no conocía a nadie en Lima, cuyas abigarradas calles se cruzaban como una gigantesca telaraña?)[18][19][30] El cuento se desarrolla en un bar, donde el protagonista, Danilo, espera a Panchito, un conocido suyo que le encargaría un “trabajo”, que en realidad no es sino una acto delictivo de transporte de mercadería ilegal.Mientras espera observando a los demás clientes del bar, Danilo recapitula mentalmente su vida.Danilo es el típico representante del lumpen-proletariado, que trabaja eventualmente, pues no suele durar más de dos meses en un mismo empleo, ya que, como el mismo se enorgullece en decirlo, prefiere su libertad.Panchito, que ingresa mirando cuidadosamente todo el local, hace notar a Danilo que su impermeable estaba ya “cargado” y luego le explica el procedimiento a seguir: dejaría su impermeable en la silla, simularía ir al baño, para luego retirarse del bar; tras lo cual Danilo, tras un tiempo prudencial, debía coger y ponerse el impermeable, en uno de cuyos bolsillos estaba ya su pago; luego, debía ir a un hotel, según lo previamente acordado, antes de tomar el ómnibus que le llevaría a su destino.[32] Don Roberto, cuya deuda es de 25 000 soles, guarda una esperanza de poder entenderse con los acreedores para que le den más plazo y no le embarguen sus mercaderías; cree que aún puede conservar la dignidad.Explica que necesita dos meses para poder levantarse y pagar sus deudas, caso contrario no funcionaría.