Entre fines del siglo XIX[18] e inicios del XX, el apelativo «chilena» siguió usándose;[6] sin embargo, con la Guerra del Pacífico[5][6] (1879-1884), la ocupación de Lima[6] (1881-1883) y la aparición hacia 1890 de la llamada «Guardia Vieja», terminó por imponerse definitivamente el nombre de «marinera»,[4] que fue declarada baile nacional.
[1] Existe un debate respecto a las distintas influencias y vertientes que dieron origen a esta danza, las cuales son: la corriente peruanista, baile exclusivamente de origen nacional; la corriente hispanista, inspirada en bailes virreinales de salón; y la corriente africanista, danza de ascendencia afroperuana.
Las melodías, los tonos, la guitarra y el arpa conforman el aporte hispánico al baile.
Los ritmos europeos como el fandango y las cashuas permitieron la creación de la sajuriana chilena, el zambo venezolano, el cielo o cielito gaucho rioplatense, el bambuco granadino, el amor fino ecuatoriano y el toro mata peruano.
El argentino Carlos Vega argumenta que la zamacueca nace en 1610 en el barrio de Malambo (ubicado en el limeño Distrito del Rímac), indicando que es una danza de pareja suelta, picaresca y donde los bailarines usan un pañuelo en la mano.
El investigador José Durand sustenta que la zamacueca sería la madre de la marinera.
No es casual su semejanza a la vestimenta de la cueca chilena, dado que ambos bailes tienen un origen común.
Dicha prenda interior quedará parcialmente expuesta durante el baile, ya sea con el movimiento cadencioso o al momento de remangar en forma coqueta el faldón del vestido.
El peinado de la marinera limeña destaca por su sencillez, pues basta con recoger los cabellos hacia atrás, utilizando un moño.
En la marinera norteña el hombre baila con zapatos, en cambio la mujer, que representa a la campesina, no los usa.
Los varones por su parte practican incansablemente el zapateo y los distintos pasos hasta dominarlos.
En cuanto al calzado este debe ser negro y de vestir.
Generalmente en tono menor, con movimientos lentos, se repite dos veces y termina en fuga de huayno o pampeña.
Por su parte, el caballo peruano de paso es una raza equina surgida durante el Virreinato en el Perú, cuyos ejemplares tienen naturalmente un trote peculiar.
Este Concurso es la meta final de todo cultor de este baile, es necesario mencionar que durante todo el año y en diversas ciudades del Perú se realizan diversos concursos.