Huayra, guaira o huayrachina (en quechua, 'viento') era un horno para fundir minerales de la época prehispánica[¿dónde?].
Estos hornos eran ubicados en sectores altos donde se favorecían del fuerte viento.
[3] Existían distintos modelos,[4] pero todos respondían a la misma lógica de aprovechamiento del viento natural.
Por ejemplo la galena argentífera se introducía en la huayra, donde el azufre y algo de plomo eran volatilizados por la acción del fuego.
Ahora bien, teniendo actualmente la certeza que el "cerro Brillador" fue trabajado desde épocas prehispánicas,[8] especialmente por los inka, esta historia o leyenda podría cobrar validez histórica.