Literatura del Virreinato del Perú

Según el crítico peruano Luis Alberto Sánchez, fue la literatura más elaborada de la América bajo dominio español.

Es indispensable señalar que el virreinato peruano fue perdiendo su jurisdicción sobre extensas regiones, ya bajo la dinastía borbónica (siglo XVIII).

El país fue reordenado y esa economía comienza a desarrollarse para satisfacer los intereses de España.

Pasado el auge extractivo y afianzado el virreinato en el siglo XVII, los hispanos se volcaron a reactivar la agricultura.

Fue entonces cuando se intensificó el cultivo del trigo, el lino, la caña de azúcar, el olivo o la vid.

Igualmente se empezó a aplicar la técnica agraria europea, que aumentó la producción agrícola.

El poder político se ejercía desde la península ibérica, por la cual la Corona española nombra virreyes en el Perú con máximas facultades de gobierno.

Aun así, esta última continuó siendo la población mayoritaria, si se la compara con el núcleo de españoles y sus descendientes nacidos en suelo peruano (criollos).

Por causa de raza, títulos y situación económica, se formaron diversas clases sociales, entre los cuales reinó la más completa desigualdad.

Los indios, negros y mestizos tenían acceso restringido a estos servicios.

Luego aparecen obras mejor trabajadas, cuyos cultores son los llamados Cronistas de Indias.

El crítico Augusto Tamayo Vargas ha dividido a los cronistas en españoles, indígenas, mestizos y criollos.

Este último se subdivide a su vez en pre-toledanos, toledanos y post-toledanos (tomando como referencia al gobierno del virrey Francisco de Toledo, 1569-1581).

Tres nombres se mencionan especialmente entre los cronistas indígenas, nativos o indios: Entre los cronistas criollos o americanos (nacidos en América de padres españoles) que escribieron sobre el Perú se debe destacar a los siguientes: La notoria influencia española signó el carácter dependiente de la producción literaria cultivada en el Perú virreinal.

Este autor la presentó como una “dama principal de este reino” del Perú, y que, aparentemente, por su condición de monja recluida en un convento, no quiso que su nombre se divulgara.

Su obra principal es La Cristiada, extenso poema épico escrito en doce cantos, cuyo tema es la pasión y muerte de Jesucristo.

Diego Mexía de Fernangil (¿1565?-1634), poeta nacido en España pero que desarrolló su obra literaria en el Virreinato peruano.

La segunda parte no llegó a publicarse y permaneció inédita hasta el siglo XX.

Su fama llegó hasta México, donde la célebre Sor Juana Inés de la Cruz le escribió una carta, que Caviedes respondió atentamente.

Sus manuscritos fueron adquiridos por el doctor José Manuel Valdés y, al morir éste, pasaron al coronel Manuel de Odriozola, quien los publicó en su Colección de documentos literarios del Perú (tomo quinto, 1873).

Una edición más depurada realizó Ricardo Palma en su Flor de academias y diente del parnaso (1899).

Caviedes destaca por el manejo del verso clásico con el que construye su poesía festiva y satírica, a través de la cual hace una dura crítica del medio social dentro de una exposición realista y descarnada.

Sin embargo, son sus obras teatrales las que han despertado más el interés de la crítica moderna.

Ya en la segunda mitad del siglo XVIII destacan tres notables escritores nacidos en el Perú pero que desarrollaron su carrera en Europa: Son dos escritores nacidos en España, que recorren el territorio hispanoamericano y acaban por afincarse en el Perú, componiendo obras precursoras del costumbrismo.

Portada de la primera edición de la Crónica del Perú de Pedro Cieza de León (1553).
Relieve en bronce con el busto de Pedro Sarmiento de Gamboa.
Autorretrato de Felipe Guamán Poma de Ayala, que aparece en su Nueva Crónica y Buen Gobierno .
Juan de Espinoza Medrano, el Lunarejo
Juan del Valle y Caviedes
El virrey Manuel de Oms y de Santa Pau, Marqués de Castell dos Rius, fundador de la Academia de Palacio (1707-1710).
Pedro Peralta y Barnuevo, escritor peruano, nacido en Lima.
Pablo de Olavide