Diego de Trujillo

Al mismo tiempo se le encomendó que discretamente custodiara al adelantado Pedro de Alvarado en su viaje de retorno a Guatemala [1]​[3]​[4]​ En 1535 regresó pues a España, y probablemente radicó en su ciudad natal.

Agotada su fortuna, retornó al Perú en 1547, en plena rebelión de los encomenderos encabezados por Gonzalo Pizarro.

[1]​ Se estableció en Cuzco, donde fue tutor y curador de los nietos del inca Atahualpa.

[1]​ Por haberse mantenido fiel la Corona en las guerras civiles, el virrey Francisco de Toledo le otorgó como premio una encomienda en Lares, en el Cuzco.

[6]​ Pero la obra también tiene algunos trazos literarios, que le dan robustez y vivacidad, tal como lo señala Luis Alberto Sánchez:[7]​