Se dedica también al periodismo cultural, a través del diario El Comercio de Lima.
Luego cursó Letras y Derecho en la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde se graduó de bachiller en Humanidades con las tesis Francisco Hernández Girón, el último de los caudillos (1962) y de doctor en Historia y Geografía, con la tesis Diego Centeno, caudillo realista en la gran rebelión (1963).
Regresó al periódico en 1979, todavía bajo el gobierno militar (segunda fase) y se desempeñó como director.
Le correspondió allanar el camino para la devolución del diario a sus legítimos dueños en 1980.
En 1985 volvió a laborar en dicho diario, donde continúa hasta la actualidad, habiéndose desempeñado como jefe del departamento de Ediciones y como habitual colaborador con artículos sobre temas históricos.