Actualmente cuenta con dos sedes, ambas en la capital del Perú y abiertas al público: la más moderna ubicada en la avenida de la Poesía, en el distrito de San Borja diseñada por el arquitecto peruano Franco Vella, proyecto ganador del Hexágono de oro en la XII Bienal de Arquitectura del Perú en el año 2006, y el edificio original situado en la avenida Abancay en el distrito de Lima diseñada por el arquitecto suizo Michele Trefogli.
[4] La saludó como: "(...) uno de los medios más eficaces para poner en circulación los valores intelectuales".
[7] La biblioteca contaba con una cifra estimada de unos 35000 a 50000 volúmenes,[8][9] entre los cuales se encontraban incunables, manuscritos y libros que habían sido impresos por primera vez en América, allí también se encontraban las Memorias de los Virreyes (documentos que cada virrey del Perú realizaba después de su mandato).
Ese año, Ricardo Palma solicitó a Chile la devolución del material sustraído por las tropas chilenas, lo cual tuvo eco en Santiago y, por orden del presidente Domingo Santa María, recibió la devolución de 30000 libros.
Romero, un octogenario, quien ante el abandono material y tecnobiblográfico, en su oportunidad, no hizo las denuncias correspondientes, con tal de mantener su puesto y, además, no colaboró con los jóvenes catalogadores.
[15] La BNP contaba para aquel entonces con cerca de 200000 volúmenes, incluyendo manuscritos e incunables.
Basadre, con una paciente labor, logró levantar a la BNP de sus cenizas y la convirtió en una institución altamente técnica.
Creó la Escuela Nacional de Bibliotecarios en 1944 y es considerado como "El Padre de la Bibliotecología Peruana", por su contribución al desarrollo del movimiento bibliotecario en el Perú.
Como Primer Bibliotecario fue nombrado el clérigo arequipeño y brillante orador del Congreso Constituyente, don Mariano José de Arce.
Durante 190 años la BNP ocupó el histórico local de la Av.
En ese año se logró conseguir el terreno en San Borja para el nuevo local.
Unos años después se realizó la campaña "Un nuevo sol para la Biblioteca Nacional del Perú" para recaudar fondos que ayuden a reiniciar los trabajos de construcción,[23] e incluso se realizaron futuras subastas de artistas para agilizar su avance.
El 17 de abril del mismo año se inició oficialmente la atención al público.