Alonso Borregán

Escribió una historia de la conquista del Perú, que abarca los sucesos ocurridos entre 1533 y 1548.

Su manuscrito permaneció olvidado hasta que lo descubrió el historiador peruano Rafael Loredo, quien lo publicó en Sevilla en 1948.

Para 1535 se contaba entre los primeros vecinos de Trujillo (ciudad fundada en la costa norte del Perú), donde se le otorgó un solar; asimismo, Francisco Pizarro le dio un repartimiento de indios en Túcume.

Pero una noche fue atacado por negros cimarrones y pese a que se defendió bravamente, perdió el dedo mayor de su mano derecha.

Llegó incluso a enseñar al virrey el manuscrito de su crónica.

Sin duda, causó grata impresión al gobernante, que le prometió repartimientos en Lima y una isla o manzana en una parte no céntrica de la ciudad, en compensación de su propiedad perdida.

En Valladolid escribió al Consejo de Indias, acusando a mucha gente y mostrándose como víctima.

Eso sí, está escrita con mucha pasión y cargada de detalles.