Batalla de las Salinas

La guerra civil entre pizarristas y almagristas se había iniciado por la posesión del Cuzco.

Este ordenó a sus hombres que se hicieran fuertes en los pasos del Huaytará (región Huancavelica), una sierra alta y áspera donde con pocos efectivos era factible impedir el avance de los pizarristas.

Sin embargo, los almagristas descuidaron la defensa, y Hernando Pizarro logró mediante un rodeo ganar el otro lado de la sierra.

Apenado por tal revés, Almagro y sus tropas enrumbaron a marchas forzadas hacia el Cuzco, para defenderla del avance pizarrista.

Francisco Pizarro, cuya edad ya no le permitía bregar en una campaña militar tan exigente, se retiró a Lima, dejando en sus hermanos Hernando y Gonzalo la conducción de la guerra.

La elección de este terreno fue muy cuestionada entre los almagristas, pues por su escabrosidad podía impedir el libre ejercicio de la caballería, el arma más fuerte con la que contaban; no obstante Orgóñez insistió en dicha elección pues le pareció muy adecuado al estar protegida por un pequeño pantano y por el riachuelo que dividía la llanura.

Rodrigo Orgóñez formó su ejército colocando la infantería al centro y flanqueada por la caballería dividida en dos divisiones.

Rodrigo Orgóñez y otros capitanes almagristas como Pedro de Lerma lucharon valientemente.

Orgóñez y Lerma intentaron encontrarse con Hernando Pizarro para ajustar cuentas personales; el primero no lo encontró, y el segundo apenas tuvo un breve lance con Hernando, siendo herido gravemente en una pierna.

Lerma, por su parte, se retiró del campo gravemente herido y poco después sería asesinado en su lecho.

Su infantería, ya no pudiendo sufrir el fuego de los arcabuces enemigos, se desbandó.

Almagro sería luego procesado sumariamente y condenado a muerte por decapitación; pero como la sentencia provocó protestas en el Cuzco, Hernando Pizarro ordenó que fuera ahorcado en su celda.

Miles de guerreros nativos se habían alineado en cada uno de los bandos en disputa: por un lado unos 5,000 cuzqueños, encabezados por Paullu Inca (proclamado Inca por Almagro) apoyaron a los almagristas; por el otro los chachapoyas, en número algo menor, apoyaron a los pizarristas.

Los cuzqueños vencían ya a los chachapoyas, cuando estos recibieron el apoyo de la caballería pizarrista.

Captura de la ciudad del Cuzco por los almagristas.