1482 – Vilcas, Perú, 1542) fue un conquistador y explorador español, natural de Extremadura.
Actuó en Cuba, México, Guatemala, El Salvador, Quito, Perú y Chile.
En la zona de Lagunillas bajó por el Estero de Córdoba hasta el Mar (Isla Negra), en donde siguió la costa hasta la zona del actual Algarrobo y El Quisco.
Cuenta la leyenda, que cuando Diego de Almagro llegó a Chile, envió a Gómez de Alvarado y Contreras a recorrer por tierra todo el litoral costero, llegando primeramente al estero que después se llamaría Marga Marga, en busca de oro y riquezas, saqueando todas las comunidades indígenas que encontraron en su camino y robando a las indígenas jóvenes, para venderlas y así costear sus gastos para el regreso.
Los españoles se dirigieron hacia donde ellos le indicaron, llegando hasta El Quisco habitado por los Changos tan pobres y sin riquezas como los otros, los españoles no tuvieron más remedio que conformarse con llevarse a las indígenas más jóvenes.
La más bella era la princesa de la tribu, que al ver a su pueblo oprimido y maltratado por los españoles, ordenó a las mujeres subir a la roca más alta y lanzarse al mar, así lo hicieron pero el pie de la princesa quedó atascado en las rocas.Una formación rocosa recuerda hasta nuestros días dicha leyenda.
Salieron del Cuzco, y en el trayecto se encontraron en Jauja con Francisco Pizarro; entonces Alonso de Alvarado aprovechó la ocasión para pedir la autorización de Pizarro para partir hacia Chachapoyas.
Partió pues Gómez a cumplir la misión, acompañado de muchos soldados almagristas.
Este encontró ya despoblada la antigua sede (que sería conocida desde entonces como Huánuco Viejo) y decidió fundar una nueva villa a 140 km de distancia, en las tierras de los chupachos del valle del Huallaga (donde actualmente se halla).
Allí Gómez de Alvarado sufrió los insultos de los almagristas, y del mismo Juan de Rada, quien le gritó desde el atrio que era un traidor, porque en la víspera del asesinato del marqués le había prometido ayuda y ahora le negaba.
Así lo hizo Gómez de Alvarado, y tras abrazarse con el Mozo, se plegó a la causa almagrista, aunque no tan convencido.
Cuando se supo la inminente llegada del visitador Cristóbal Vaca de Castro, Almagro el Mozo y su gente salieron de Lima y se internaron en la sierra.
Iba con ellos Gómez de Alvarado, quien no quiso continuar más la farsa y estando en Jauja confesó a Almagro que detestaba su rebelión, pidiéndole licencia para volver a Lima, que le fue concedida.
A la sazón se hallaba mal de salud, pero combatió con energía y lucidez.
Poco tiempo después, estando en Vilcas su enfermedad empeoró, a consecuencia de lo cual falleció.