[2] Vivía en un hogar acomodado: su padre había empezado a forjar fortuna mediante el comercio y su madre era una dama argentina con contactos con la alta sociedad de Buenos Aires.
Muchos católicos vieron en él un enemigo, declarándose la lucha después de una dura crítica del historiador a los exámenes del Seminario Conciliar, iniciándose una serie de réplicas desde sus respectivas trincheras, La Revista Católica para la iglesia y El Ferrocarril para Barros Arana.
Fue opositor tenaz al gobierno de Manuel Montt,[3] y por temor a que estuviese involucrado en algún plan subversivo (de lo cual había buenos motivos, pues efectivamente escondía armas en su hogar), le allanaron la casa y tuvo que partir al exilio.
[1] Su paso por el instituto desencadenaría una tormenta que rompería con la alianza de gobierno conocida como Fusión Liberal-Conservadora.
Fue enviado a Argentina en una misión para definir los límites entre ambas naciones y solucionar el problema de la no asignada Patagonia, entonces territorio indígena.
[3] Barros era partidario de no reclamar el sector oriental, pues lo consideraba un sitio estéril que gastaría las energías chilenas.
Ciertos autores (como Sergio Villalobos[cita requerida]) afirman que sufrió un ataque cardíaco cuando intentaba explicarle a un niño la diferencia entre un termómetro y un barómetro.
[2] Pedro Nolasco Cruz Vergara dice: L. Rojas, sobre Diego Barros Arana, en Biografía cultural de Chile (reed.