Batalla de Abancay

Creyendo que aún continuaba el cerco incaico del Cuzco, envió a Alonso de Alvarado con 500 soldados españoles, con la misión de pacificar toda la región y apoyar a los españoles que aún estuvieran defendiéndose en la capital imperial.Alonso de Alvarado avanzó hacia la sierra por Huarochirí, llegando a Jauja donde permaneció algunos meses.Alonso de Alvarado rechazó de mal modo el ofrecimiento; apresó incluso a los mensajeros y respondió que no negociaría nada con Almagro hasta no recibir expresa orden del gobernador Francisco Pizarro, quien era su superior y el único a quien debía lealtad.Pedro de Lerma se puso en tratos secretos con los almagristas, a quienes ofreció pasarse con 50 soldados bajo su mando.Se cree que lo hizo en venganza por haber sido suplantado por Alvarado en el mando de la expedición.Pero ya era tarde: Lerma logró escapar y pasarse al campo almagrista, junto con otros soldados.Alertado del ataque, Alvarado se apresuró a ir en auxilio de los suyos.Almagro aprovechó entonces la ocasión para asaltar el puente que defendía Gómez de Tordoya, cuyos soldados se dispersaron sin oponer resistencia seria.Este caos provocado en las filas pizarristas ayudó sobremanera para el rápido triunfo de los almagristas.Esta batalla marcó el inicio de las estrepitosas guerras civiles entre los conquistadores del Perú, la cual se prolongaría por muchos años más, con diferentes actores.