Gómez de Tordoya

Durante los primeros años del siglo XVI, una avalancha de españoles invadía el territorio americano recién descubierto buscando remediar esas carencias que secularmente venían padeciendo.

Dada las circunstancias de inseguridad y peligro que se presentaban, desde varios enclaves peruanos concurrían los ejércitos españoles para auxiliar el Cuzco, pero todos los escuadrones hispanos eran aniquilados en el camino por la masiva contundencia indígena.

Al poco tiempo llegaban los barcos cargados de soldados para reforzar a las fuerzas peruanas.

Los continuos enfrentamientos verbales y las duras amenazas que se suscitaban entre almagristas y pizarristas, iban a desembocar en graves consecuencias que al final se traducirían en abierta guerra fratricida entre los conquistadores españoles que se encontraban en Perú.

Después de esta entrevista entre ambos caudillos los desaciertos y las traiciones desestabilizaron la concordia y agrandaron las ofensas, como consecuencia de este forcejeo político, Diego de Almagro sería detenido y encerrado en el Cuzco, donde iba a ser ejecutado en 1540.