Mariño se unió a las fuerzas de La Gasca en La Habana.
En este territorio participó activamente junto a Pedro de Valdivia y a Francisco de Villagra en las campañas que el primero realizó en el Sur, destacándose como soldado.
Más tarde fue también corregidor de Camaná, en la costa sur del Perú, volviendo posteriormente a Lima.
Esta labor dio forma definitiva a la Crónica del Reino de Chile, obra que, en estricto rigor, es muy diferente a la que pudiera haber escrito un simple soldado.
Los hechos y las hazañas del antiguo gobernador de Chile -quien facilitó a Escobar parte de los documentos con que contaba- son narrados con claridad.