Enrique López Albújar

Sus estudios secundarios los realizó en Lima, para luego ingresar a la Universidad de San Marcos.

Influenciado por la prédica de Manuel González Prada, incursionó en la política y militó en el Partido Liberal.

Después de una activa labor en el periodismo, se dedicó a la magistratura, desempeñándose como juez en diversas regiones del Perú (Huánuco, Piura, Lambayeque y Tacna).

Sin embargo, nuevas osadías poéticas le valieron una prisión entre octubre y noviembre de 1894.

Al año siguiente publicó su primera obra literaria: Miniaturas, libro de poemas, en colaboración con Aurelio Arnao.

[4]​[5]​ Influenciado por la prédica de Manuel González Prada, manifestó un gran afecto hacia lo indígena, así como repulsión por el caciquismo y el feudalismo.

Se enroló en el Partido Liberal de Augusto Durand y fundó en Piura el comité local partidario, en 1904.

Desde este año, hasta 1908, editó el semanario El Amigo del Pueblo, en cuyas páginas hizo una campaña contra el gamonalismo (latifundismo).

En el ínterin siguió publicando otras obras, entre las que destacan De mi casona (1924), Matalaché (1928) y Nuevos cuentos andinos (1937).

La fuente de su inspiración fue precisamente los casos judiciales protagonizados por indígenas del más variopinto tipo.

Narra muchas veces historias violentas, siguiendo el estilo real-naturalista, dando a conocer al indio como primer personaje, sin el tratamiento paternalista como había ocurrido en el pasado, sino como verdadero ser humano, resaltando sus virtudes, sus vicios y, sobre todo, su humanidad.

El mismo autor consideró a esta novela como retaguardista, en contraposición del vanguardismo entonces vigente, cuya trama nos sitúa en una hacienda productora de jabón al norte de Piura, a inicios del siglo XIX.