Se hizo popular por organizar revoluciones contra diversos gobiernos de la llamada República Aristocrática, encabezando montoneras armadas.
Era todavía niño cuando se trasladó a Lima, donde cursó su educación secundaria en el Convictorio Carolino.
[2] Se proclamó jefe superior político y militar de los departamentos del centro.
Organizó nuevamente montoneras, pero fue vencido en Huaraz ese mismo año, y debió partir al destierro.
Durand logró escapar y se escondió en sus haciendas de Huánuco, para luego bajar a Lima.
Las elecciones siguieron su curso, triunfando como era previsible Leguía, quien inauguró así su primer gobierno.
[2] Según el historiador Jorge Basadre, está detención fue arbitraria, al no haber pruebas de su participación en dicha intentona.
Apoyó la candidatura de Guillermo Billinghurst, contribuyendo a su ascenso como presidente elegido por el Congreso.
Pero no tardó en oponerse a Billinghurst cuando éste expuso su plan de disolver el Poder Legislativo.
Regresó entonces al Perú y adquirió el diario La Prensa del que fue director.
Según Basadre, fue más probablemente un atentado de carácter personal y localista, pero no faltaron quienes le atribuyeran un origen político.
Luego de ingresar por la frontera desde Tumbes, marchó a caballo hacia Piura, pero fue apresado en Paita.
Es decir, su muerte se había producido al agravarse una dolencia que padecía desde años atrás.
[22] Su viuda, Emilia Dyer, vendió por 25 000 libras peruanas el diario La Prensa a la Dirección General de Hacienda y una suma similar por reclamaciones que el diario tenía pendientes antes de 1921.