[4] Más tarde nacieron Félix Gabriel José,[5] Susana Presentación Felisa[6] y María Mercedes Higinia.
[7] Por parte de padre, el filósofo era primo del científico, naturalista y antropólogo Telesforo Aranzadi Unamuno (1860-1945), con quien preparó diversas oposiciones.
A su regreso, en 1859, gracias al capital acumulado, solicitó licencia municipal para que su horno panadero de Achuri pudiera utilizar agua del manantial Uzcorta.
[10] Se presentó a las elecciones municipales celebradas tras la Gloriosa, saliendo elegido por el distrito de San Juan con 120 votos.
[18] Poco después de los cuatro años murió su padre[19] y su madre volvió a casarse en 1847, esta vez con José Narbaiza.
[21] En las catequesis preparatorias para la primera comunión, en la iglesia de San Juan, conoció a quien, andando el tiempo, sería su novia y esposa: Concepción Lizárraga, Concha.
No tuvo ningún problema con la Aritmética, la Física, la Geometría o la Trigonometría, y disfrutaba con el Álgebra.
Por último, en las asignaturas impartidas por Fernando Mieg, Historia Natural, Fisiología e Higiene, logró sendos sobresalientes, probable consecuencia del sistema pedagógico utilizado por el catedrático que sabía despertar la curiosidad y el interés de sus alumnos.
Rector de este distrito y en 30 del mismo mes recibió el dicho título».
[33] Desde niño, fue un gran aficionado a la papiroflexia, siendo uno de sus máximos impulsores durante el siglo XX.
[53] En 1913 viaja por Las Hurdes con Maurice Legendre y Jacques Chevalier buscando la mísera España real (Alfonso XIII lo hará ocho años después, junto al doctor Gregorio Marañón, en 1922).
Desde 1895 hasta su muerte, mantuvo una intensa relación epistolar con diversos intelectuales, políticos, artistas y escritores latinoamericanos como Rubén Darío, Rufino Blanco Fombona, Rómulo Betancourt, José Rafael Pocaterra o Pedro Emilio Coll.
Al año siguiente (1918) es elegido concejal del ayuntamiento salmantino y estrena sin éxito en el Ateneo su tragedia Fedra, acaso demasiado densa y escasa de acción para el gusto popular.
No escuchaba»), aunque apercibió que sus novelas parecían escritas "para incomodar al lector".
Un informe del «Ministerio para la formación y la propaganda” del Tercer Reich dirigido a la Fundación Nobel solicitaba que no se concediera el premio a Miguel de Unamuno ya que “Tras el cambio político ocurrido desde 1933, Unamuno ha tomado una actitud tan clara contra nosotros que se pueda considerar como el portavoz espiritual de la lucha contra Alemania en los círculos intelectuales de España.
Posteriormente se atribuyó a Unamuno un discurso lapidario que habría incluido su famosa frase:
[89] Últimamente también se ha apuntado la hipótesis —"altamente improbable", según opinión razonada[90]— de que fuese asesinado por su visitante.
[92] Sus restos reposan junto a los de su hija mayor, Salomé (casada con su secretario y poeta José María Quiroga Plá y fallecida tres años antes), en un nicho del cementerio de San Carlos Borromeo de Salamanca, tras este epitafio: «Méteme, Padre Eterno, en tu pecho, misterioso hogar, dormiré allí, pues vengo deshecho del duro bregar».
Y esto suponía a Unamuno un corsé del que pretendería desprenderse de alguna forma, para expresarse en sus páginas como estimara oportuno.
Su solución fue inventar un nuevo género literario, al que bautizó como «nivola», y de esta forma, no podría obtener crítica ninguna en lo referente a reglas de estética o composición, porque solo debería atender a las reglas que él mismo hubiese diseñado para su nuevo género.
Unamuno cayó también durante su juventud bajo la influencia del krausismo español, aunque hay cierta controversia sobre hasta qué punto pudo dejarse influir por él.
Tal abandono queda de manifiesto en su obra San Manuel Bueno, mártir, donde los personajes principales simbolizan las tres virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) y la metáfora de la nieve cayendo sobre el lago ilustra su postura en favor de la fe —la montaña sobre la cual la nieve crea formas, paisajes, frente al lago, donde ésta se disuelve y se transforma en nada—.
Así, llegó a decir que estudió danés para leer directamente a Søren Kierkegaard, a quien en sus obras solía llamar, en su peculiar y cordial estilo, «hermano»; sin embargo, la raíz de su interés por los idiomas nórdicos es muy anterior a su descubrimiento del filósofo, y tiene que ver con su lectura de las obras del filósofo sefardí danés Georges Brandes y el teatro del noruego Henrik Ibsen que incitó en él su amigo nordicófilo Ángel Ganivet, como ha señalado el biógrafo del escritor bilbaíno Emilio Salcedo.
Sus obras más puramente filosóficas son: Fue Unamuno fundamentalmente un gran poeta del posromanticismo; las paradojas de esta estética estaban muy asentadas en él.
La crítica ha señalado su escasa atención a la sonoridad del verso en una época en que era lo común exagerarla (modernismo) así como la escasa imaginación de sus metáforas, pero ha apreciado en él el gran dominio del concepto y su gran inspiración posromántica.
Ya desde su primer libro, Poesías (1907), se perfilan los temas que van a dominar en la poética unamuniana: el conflicto religioso, la patria y la vida doméstica.
"Solía escribir tres o cuatro cartas diarias, se podrían contabilizar unas cincuenta mil misivas.
Ya en vida del autor, la editorial Renacimiento había osado publicar unas incompletas Obras completas.
Ricardo Senabre empezó a publicar unas Obras completas primero en la editorial Turner (2005) y luego a medias con la Fundación José Antonio de Castro para su Biblioteca Castro, de la que en 2020 se habían publicado ya diez volúmenes.
[104] A título póstumo, la Universidad de Salamanca le concedió en 2024 el doctorado honoris causa.