La envidia es un sentimiento o estado mental en el cual existe dolor o desdicha por no poseer uno mismo lo que tiene el otro, sea en bienes, cualidades superiores u otra clase de cosas tangibles e intangibles.
[8] La envidia benigna sigue siendo una emoción negativa en el sentido de que resulta desagradable.
[7] Según los investigadores, la envidia benigna puede proporcionar emulación, motivación de mejora, pensamientos positivos sobre la otra persona y admiración.
[15][16] En la investigación con primates, Frans de Waal llevó a cabo una investigación a largo plazo que demostró que los chimpancés, así como primates lejanamente emparentados como los monos capuchinos pardos, tienen un sentido muy afinado de la justicia dentro de su grupo social, y que la emoción clave utilizada para medir y regular los resultados justos es la envidia.
La envidia se manifiesta en los niños desde una etapa temprana, y los adultos, aunque igualmente susceptibles a esta emoción, demuestran un mayor nivel de habilidad para disimularla.
[21] Sin embargo, los niños son más propensos a envidiar objetos materiales como zapatos, videojuegos, teléfonos móviles de gran valor, etc.
Si un niño se siente cómodo con lo que es y tiene confianza en sí mismo, es menos probable que sienta envidia de los objetos materiales de los demás, porque no se autoidentifica con los materiales.
Los objetos materiales no son las únicas cosas por las que los adolescentes sienten envidia; sin embargo, es la más frecuente.
A medida que crecen, los niños desarrollan envidias no materialistas más fuertes, como las relaciones románticas, el aspecto físico, los logros y la popularidad.
A veces, los sentimientos de envidia se interiorizan en los niños, lo que repercute negativamente en su autoestima.
Puede surgir un sentimiento de inadecuación que se convierta en destructivo para la felicidad del niño y cause más daños internos.
En el ámbito del psicoanálisis la envidia es definida como un sentimiento experimentado por aquel que desea intensamente algo poseído por otro.
Este último grupo, las pasiones, son definidas como «sentimientos intensos, vehementes, tendenciales, con un influjo poderoso sobre el individuo».
Jorge Luis Borges coincidía en ello: «Los españoles siempre están pensando en la envidia.
[cita requerida] Esta superstición permanece aún entre los griegos modernos, los cuales temen la Envidia o mal ojo.
[cita requerida]Se representa esta deidad bajo la forma de un viejo espectro femenino con la cabeza ceñida de culebras, los ojos fieros y hundidos, el color lívido, una flaqueza horrible, con las serpientes en las manos y otra que le roe el seno.
Poussin ha pintado este monstruo mordiéndose el brazo y sacudiendo las serpientes que rodean su cabeza.