[1][2] Fue un sabio multidisciplinario: arquitecto, ingeniero, mecánico, químico, economista, geógrafo, escultor, diplomático, escritor, periodista, conferenciante e inventor.
Su principal aporte a los vuelos espaciales fue la construcción del primer motor cohete, impulsado por propelentes líquidos: peróxido de nitrógeno como oxidante y gasolina como combustible.
Otro aporte fue el diseño de una nave, impulsada por el mencionado motor cohete, nave a la que llamó Avión Torpedo y, posteriormente, Autobólido, en una época (1902), en que recién se iban a construir los primeros aviones con hélice y motor de explosión, que él consideraba modelos muy endebles.
Empezó a experimentar un motor cohete; su conclusión fue que debía utilizar combustible líquido y no sólido.
En 1935 retornó a Lima para trabajar en el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú.
Luego, el gobierno de Remigio Morales Bermúdez, en reconocimiento a su excelencia académica, lo becó para estudiar en Francia.
[17] Pero hubo de suspender esas experiencias, pues los vecinos se quejaron a la policía del ruido que provocaba su extraño aparato, bajo la sospecha de que estaba probando explosivos con fines anarquistas.
El año siguiente, en 1903, los hermanos Wright hicieron volar un aeroplano con hélices, modelo que se fue imponiendo.
[20] Trazó los planos para la construcción del Hospital Goyeneche, en Arequipa, obra que se concluiría en 1912.
[24] Cuando finalizó la Primera Guerra Mundial en 1918, se estableció en Bruselas, donde editó El Mundo Español.
[6] En 1921 se encontró con el presidente Augusto B. Leguía, quien lo convenció para que volviera al servicio diplomático.
[24] Nuevamente fue acreditado como cónsul del Perú en Dresde (1921), Ámsterdam (1923), Cristianía (u Oslo, 1924) y Róterdam (1929).
[6] En 1923, el físico alemán Hermann Oberth publicó Los cohetes hacia el espacio interplanetario, en la que demostraba matemáticamente que era posible viajar al espacio con cohetes impulsados con motores de combustible líquido.
Su teoría no generó interés en los círculos científicos de Alemania, al considerársela “utópica”.
Este fue el momento clave en que la obra de Paulet pasó a ser conocida mundialmente.
[25] Paulet pensaba que su nave era superior a la de Valier porque tenía un ala delta pivotante con varios motores-cohete en la base.
En América, un año antes, el estadounidense Robert Goddard había lanzado un cohete de combustible líquido, pero su trabajo no se conocía en Europa.
[27] La carta de Paulet, traducida al alemán, causó impacto, y fue celebrada por Valier, no obstante que en ella se criticaba su proyecto.
Cuando logró apenas una combustión de segundos, lo consideró un éxito y empezó a hacer demostraciones públicas.
[9] Por entonces, en Alemania ya se reconocía a Konstantin Tsiolkovsky, Robert Goddard y Hermann Oberth como los grandes teóricos de los vuelos espaciales, mientras que a Paulet y al mismo Goddard como los primeros en realizar los experimentos.
Ese habría sido la razón por lo que Paulet se alejó de la VfR, según cuenta su hija.
Tras la derrota alemana, Von Braun, Rudolph y otros científicos pasaron a los Estados Unidos, donde construirían para la NASA el Saturno V, parte del programa Apolo, que pondría al hombre en la Luna en 1969.
Los motores del Módulo Lunar que descendió en la Luna usaron peróxido de nitrógeno, el mismo oxidante que había propuesto Paulet, y en lo sucesivo varias astronaves la emplearon, como la Sonda Juno y el satélite PeruSat-1.
[32] Fue precisamente el mismo Wernher von Braun quien reconoció que Pedro Paulet, con su trabajo, ayudó a la realización de los viajes espaciales.
[12] En 1941, cuando el mariscal y expresidente del Perú Óscar R. Benavides fue nombrado embajador en Argentina, Paulet lo acompañó como consejero comercial.
[33] Dejó su motor y el prototipo del avión torpedo al cuidado de su hijo Héctor, que estaba casado con una japonesa.
Esta nave aeroespacial tenía un espacio interior adecuado para una tripulación, revestido a su vez en su parte externa con una capa de material resistente a las condiciones del espacio y de la atmósfera.
[5] La nave diseñada por Pedro Paulet estaba basada en principios completamente diferentes a los conocidos en ese entonces.
El trasfondo habría sido encubrir el pasado nazi de Wernher von Braun, artífice del primer viaje a la Luna, pues un reconocimiento de la NASA a Paulet, en plena guerra fría, implicaba recordar ese pasado.
Paulet se casó con Luisa Wilquet y tuvo siete hijos, dos de los cuales murieron a temprana edad.