Carnaval en el Perú

La festividad llegó al Perú con los primeros cristianos, pero por el proceso de aculturación y sincretismo religioso, el carnaval empezó a tomar características propias.

[2]​ Durante la época republicana fue tal la popularidad y el salvajismo de los carnavales que se inició una represión a esta celebración.

Durante el siglo XIX algunos viajeros describieron los carnavales limeños como una mezcla de salvajismo y alegría sin límites, en donde eran comunes el arrojar agua desde los balcones o lanzar globos llenos con agua o perfume según sea la clase a la que pertenezcan.

Estas máscaras y satirizaciones fueron vistas por las autoridades como una falta de respeto por las jerarquías.

[3]​ Esta situación fue cambiando hacia finales del siglo XIX cuando a propuesta de Ricardo Dávalos se propuso un carnaval organizando fiestas y paseos públicos, siguiendo los modelos de Argentina e Italia.

Para 1920 con el gobierno de Augusto B. Leguía el carnaval fue cambiando y fueron comunes los pasacalles con carros alegóricos en donde la élite se lucía elegantemente vestida, este tipo de carnaval fue impuesto en las principales ciudades del país y en Lima duró hasta los años 50.

Más recientemente se ha empezado a revalorar la festividad del carnaval tradicional andino proclamando 5 expresiones carnavalezcas como patrimonio cultural de la nación, estas son: Las costumbres de carnestolendas más extendida en el Perú es el derribar un árbol ataviado de regalos, esta práctica es acompañada por bailarines que generalmente giran alrededor del árbol bailando acompañados de música; posteriormente cada bailarín o pareja golpea el árbol con un hacha tratando de cortarlo turnándose para hacerlo, finalmente cuando el árbol es derribado los niños y adultos se abalanzan a este árbol que por lo general lleva regalos distintos de acuerdo a la zona en donde se realiza este acto.

Estas festividades tienen un matiz especial, en la que se entremezclan con lo natural, con lo sobrenatural; lo religioso con lo pagano; lo terrenal con lo cósmico.

[4]​ Las escenas lúdicas con agua y pintura, además de la práctica del cortamontes está extendida por todo el departamento.

[6]​ En el departamento de Apurímac se denomina comparsa o pandilla a los grupos que bailan por las calles durante el carnaval.

[6]​ En las zonas más altas del departamento las danzas representan manifestaciones como la ganadería, agricultura y relaciones de pareja.

También es típico el paki que es una lucha a puño cerrado en el cual se golpea el antebrazo del oponente.

[7]​ En el departamento de Ayacucho los carnavales se caracterizan por los cortamontes, las comparsas y las araskaskas.

A los grupos con el mismo disfraz se le denomina comparsa y además de bailar juegan con agua, pintura, betún, entre otros.

[10]​ El primer día es llamado "Entrada del Ño Carnavalón", este día es muy conocido por ser una fiesta llena de color, pues los cajamarquinos recorren las calles de Cajamarca jugando con pintura, música y más.

El instrumento que acompaña esta música es la tinya, junto con pitos y cuernos.

En este departamento también se destaca el carnaval de Lamas, diferenciándose las celebraciones mestizas y las indígenas.

Son de los diablos , danza de carnestolendas en Lima durante el siglo XIX
Augusto B. Leguía lanzando un chorro de agua en los carnavales de 1926.
Concurso de carnaval ayacuchano en la Plaza de Acho - Lima
Danzantes del Carnaval de Santiago de Pupuja del departamento de Puno