El marquesado de Casa Montejo fue un título nobiliario español concedido por el rey Felipe V de España el 27 de febrero de 1732,[1] con real despacho del 18 de marzo de 1732 junto con el vizcondado previo de Quirós a favor de Gaspar Fernández Montejo y Quirós,[2] natural de Lima.
El título fue originalmente concedido por Felipe V en 1728 a la Real Colegiata de San Isidoro de León, para beneficiarlo y emplear los ingresos en la reconstrucción de su basílica y panteón.
Tras ser vendido a petición del rey por el abad de la basílica, Alejandro de la Vega, familiar del marqués de San Isidro, fue adquirido por Gaspar Fernández Montejo[3].
Felipe V convalidó el título en 1732.
En 1721 ejerció el cargo de cónsul en el Tribunal de los mercaderes[2] y llegó a ocupar el priorato del Tribunal del Consulado de Lima.