La influencia que ejercieron fue de importante magnitud; sin embargo, en la actualidad, su recuerdo casi se ha esfumado por completo.
Se preocupó de educarlo convenientemente y de realizar los trámites que permitieran que éste fuera respetado y considerado como un joven noble.
Algunos años antes del documento que su padrastro produjera, don Fermín fue enviado a Perú para iniciar su instrucción.
Allí tuvo contacto con sus parientes, quienes lo persuadieron de casarse con una muchacha de excelente situación social y perteneciente a la aristocracia colonial.
De su matrimonio con Joaquina Brun y Carvajal Vargas tuvo a: