Flores reunió 6000 hombres en Europa para emprender una expedición monárquica con el objetivo de conquistar Ecuador e instaurar allí una monarquía presidida por un príncipe europeo con trono en Quito, y posteriormente expandir el nuevo reino, absorbiendo las repúblicas del Perú y Bolivia para conformar el «Reino Unido de Ecuador, Perú y Bolivia».
[2][3] Se puso en contacto con su amigo y antiguo compañero en las luchas independentistas, el general irlandés Richard Wright, quien se encontraba en Inglaterra como antiguo embajador ecuatoriano, a quien le encomendó la tarea de reclutar 1200 hombres, obtener armas suficientes y adquirir tres buques de guerra para proceder a invadir y conquistar Ecuador.
Santa Cruz en ese entonces se encontraba también en el exilio, tras haber establecido la Confederación Perú-Boliviana,[4] la cual había sido disuelta en 1839, sin embargo no desistía en su sueño de restaurar su Confederación por cualquier medio, es por ello que su principal adversario, el presidente chileno Manuel Bulnes se mantenía alerta de las incursiones y planes de Santa Cruz, las cuales informaba al gobierno argentino de Juan Manuel de Rosas.
Para el 20 de octubre, la creciente oposición de la opinión pública británica que se sumó a las gestiones de las delegaciones latinoamericanas en ese país, se intensificó con la protesta formal de más de treinta casas comerciales comandadas por la Baring Brothers, que veían en el proyecto del general Flores una amenaza a los intereses económicos ingleses, tal como lo había planteado antes el ministro peruano Iturregui.
[12] El gobierno francés negó cualquier participación o apoyo a la conquista española de Ecuador, y la intentona del general Flores y la ex reina regente de España se vieron frustradas.