Allí se casó con una francesa muy culta, Françoise Delauneux, que posiblemente le ayudó en sus numerosos trabajos literarios.
Años más tarde, incluso, Mora se acercará a la estética romántica y traducirá la novela histórica de Walter Scott Ivanhoe (1825).
Los grabados de William Blake motivan sus Meditaciones poéticas, publicadas en Londres en 1826 y donde muestra en forma muy definida un espíritu evangélico que hace pensar en su conversión al protestantismo.
Publicó una obra miscelánea a semejanza de sus No me olvides londinenses, Aguinaldo.
Tras veinte años exiliado en Gran Bretaña e Hispanoamérica, Mora regresó a España en 1843.
Esta actuación oficial, así como el peligro personal al confesarse abiertamente como protestante, posiblemente explican por qué José Joaquín de Mora prefirió no usar su nombre completo en sus himnos para las Iglesias evangélicas, firmándolas únicamente como "Mora"; en Londres colaboró con Thomas Parker en la redacción de la revista protestante El Alba, que era introducida clandestinamente en España.
Sin embargo, la Sociedad Religiosa de Tratados (Edimburgo, Escocia) escribe sobre él: "Distinguido expatriado protestante español residente en Londres.
Célebre poeta cuya poesía hímnica se basa en los modelos de W. Cowper, A. Watts, J. Newton, J. Addison, J. Montgomery y otros".