Desde 1919 es la casa gobernante del Gran Ducado de Luxemburgo.
La contraprestación es la entrega del ducado a Austria en 1735.
En 1952, ante la persistencia del problema, decidió aceptar el mandato reiterado del carlismo y asumió los deberes de titular legítimo de la Corona Española.
Félix de Borbón-Parma y Braganza, décimo octavo hijo del duque Roberto I, se casó con Carlota de Nassau-Weilburg y Braganza, gran duquesa de Luxemburgo, consolidando así la dinastía Borbón-Parma en dicho país.
A diferencia que en Francia, las leyes sucesorias del Reino de Navarra, hicieron que los derechos al trono recayeran sobre el hijo de su hermana, el duque Roberto I de Parma: Sin embargo jamás se hizo ninguna reclamación ni ningún gesto que pudiera dar lugar a una pretensión de ningún tipo, no pasando pues de una cuestión genalógica.