En el caso de incluir jurisdicción, el término prelatura se refiere también a la institución eclesiástica regida por un prelado.
[1] El término deriva del latín medieval prælatus literalmente "puesto delante", "preferido", denotando a un superior eclesiástico constituido en una de las dignidades de la Iglesia, como el obispo, el arzobispo, el abad, etc.[1] El arquetipo del prelado es el obispo, cuya prelatura es la diócesis.
Todos los demás tipos de prelado, incluidos los abades regulares y los superiores generales de comunidades religiosas, son derivados de este modelo original, y reciben a veces las insignias episcopales (como el báculo y la mitra para los abades mitrados).
Hay bastantes prelaturas territoriales, sobre todo en territorios que requieren una especial atención pastoral.
Prelaturas personales, solamente hay una: la prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei, erigida por el papa Juan Pablo II en 1982, de ámbito universal, formada por sacerdotes y con laicos que cooperan en su peculiar tarea, y cuya misión consiste en difundir el mensaje de que todos los bautizados están llamados a ser santos por medio de sus trabajos ordinarios, "cada uno en su propio estado, profesión y condición de vida", en otras palabras, hacer todo con la mayor perfección posible de cara a Dios (Camino, san Josemaría).