Fue bautizada pocos días después por el cardenal Michael von Faulhaber, siendo su madrina la princesa Hildegarda Cristina de Baviera.
Su hermana Irmingard intentó el escape hacia Suiza por los Alpes, pero, enferma de fiebre tifoidea, fue arrestada por la Gestapo y encarcelada en Berlín.
Su madre no pudo recobrarse del tormento de su cautiverio y jamás regresó a Alemania falleciendo en Suiza nueve años después.
Tuvieron cuatro hijos: La pareja vivió el resto de sus días en Alemania.
Su esposo ocupó diversos cargos diplomáticos como cónsul honorario en Ratisbona, agregado civil en la embajada peruana en Berlín y delegado en el comité organizador de los Juegos Olímpicos de Múnich.