En lugar de ser una agencia estatal exclusivamente prusiana, la Gestapo se convirtió en una agencia nacional, subordinada a la Sicherheitspolizei (SiPo; Policía de Seguridad).
[5] El poder de la Gestapo que más le permitía abusar era la Schutzhaft o custodia preventiva, un eufemismo para designar los encarcelamientos sin procedimientos legales, típico en campos de concentración.
Su primer director fue Rudolf Diels,[8] último director de la Policía Secreta Prusiana, quien reclutó miembros desde los departamentos de Policía profesional y convirtió la Gestapo en una agencia policial con jurisdicción nacional, comparable con muchos ejemplos modernos, como el FBI.
[6] A medida que los aliados se acercaban por todos los frentes hacia el interior de Alemania, la institución iba desapareciendo.
En la madrugada del 2 de mayo, el edificio fue tomado por el Ejército Rojo, que liberó a los detenidos y les dio alimentos; sin embargo, a un soldado ruso se le escapó un disparo y mató accidentalmente al ex Gauleiter Joseph Wagner, uno de los seis detenidos, caído en desgracia con el régimen nazi por sus creencias católicas.
En los juicios de Núremberg, la Gestapo fue considerada una organización criminal y quedó prohibida en toda Alemania.
Esta sede central de la Gestapo en Berlín se encontraba en la Prinz-Albrecht-Straße, número 8, un edificio que había sido un teatro y actualmente alberga una exhibición sobre la «Topografía del terror».
Desde 1934, los berlineses conocían comúnmente al edificio como la «Casa de los Horrores» por las torturas y el maltrato a los detenidos que eran esposados por cortas cadenas a las paredes de manera horizontal.
[14] En Múnich, la Gestapo tuvo como sede el Wittelsbacher Palais, Brienner Straße 50, siendo hoy día el correspondiente a la casa número 20.