Únicamente en vísperas del estallido de la Segunda Guerra Mundial se logró alcanzar un acuerdo reformista entre el regente Pablo y el dirigente croata Vladko Maček que no se pudo aplicar en su totalidad y dejó muchos descontentos.
Muy dependiente del comercio con estas y de sus pertrechos, al estallar la guerra declaró su neutralidad.
[13][6][14][15][8] Promulgó además otra ley, la de defensa del Estado, que reforzaba las medidas anticomunistas aprobadas en 1921 y prohibía la oposición al nuevo régimen.
[14] El monarca indicó, sin embargo, que la dictadura sería temporal y solo la había implantado por la crisis del país.
[31] En los primeros meses, la dictadura llevó a cabo medidas que se consideraban necesarias y urgentes.
[27] La corrupción administrativa se redujo efímeramente, aunque los nuevos ministros siguieron colocando a sus partidarios en puestos gubernamentales.
[38][36] A pesar de garantizar los derechos individuales, contenía severas limitaciones políticas: concedía gran poder al Gobierno y al rey,[37] las elecciones parlamentarias dejaban de realizarse mediante voto secreto[39] y la mitad del Senado era escogida por el monarca.
[31] En especial, la dictadura había desbaratado los partidos serbios, al tiempo que reforzó involuntariamente a los principales croata, esloveno y bosníaco.
[31][34] La oposición, sin embargo, tenía graves desavenencias: el Partido Campesino Croata deseaba dar prioridad a la reforma territorial del Estado para implantar un sistema federal que reconociese los derechos políticos croatas, mientras que las formaciones serbias preferían en general comenzar por restaurar la democracia parlamentaria.
[39] Aunque la reforma política y las elecciones no habían servido para legitimar el régimen, la oposición seguía dividida, fundamentalmente por las ambiciones nacionalistas croatas de Maček, que rehusaba el resto de partidos contrarios a la dictadura real.
[48] Los contactos con dirigentes croatas no fructificaron, pues estos estaban convencidos de que la debilidad del rey les permitiría alcanzar sus objetivos políticos sin pactar.
[51] El general Živković fue relevado en abril de 1932 al frente del Gobierno por Vojislav Marinković, distinguido político y antiguo ministro de Asuntos Exteriores,[39] que debía dar una imagen más cosmopolita al régimen y hacerlo menos militar.
[72][73] Durante el reinado de Alejandro se mantuvo la preferencia por la alianza con Francia y la Pequeña Entente.
[73] El comercio exterior no favorecía la política de alianzas yugoslava, siendo mucho mayor con sus teóricos enemigos que con sus aliados.
[78] No obstante, mil setecientos brigadistas yugoslavos tomaron parte en favor de la II República Española,[79] y al finalizar el conflicto no se permitió regresar a los supervivientes, que tuvieron que hacerlo de manera ilegal.
[98] Durante su Gobierno se respaldó también la industrialización del país y comenzó a desarrollar rápidamente la minería.
[98][99] La balanza de pagos comenzó a ser positiva y el presupuesto nacional tuvo superávit.
[111] Los miembros croatas y eslovenos se retiraron del gabinete, debilitando al primer ministro.
[123] El acuerdo no logró, sin embargo, su objetivo de acabar con el problema nacionalista en el país:[122] los bosníacos, serbios y eslovenos deseaban obtener la misma autonomía recién concedida a los croatas,[121][122] los serbios de Croacia se sentían desamparados ante la nueva autonomía[nota 6] y los nacionalistas croatas extremistas,[122] cada vez más numerosos, pensaban que las concesiones obtenidas eran insuficientes.
[130] Leyenda: Francia Gran Bretaña Checoslovaquia Rumanía Grecia Turquía Austria Hungría Italia Alemania Según Hoptner, p.
[137][140][141] Hitler deseaba asegurarse la cooperación o clara neutralidad yugoslava para su prevista ofensiva contra Grecia.
[146] Con su suministrador habitual de armamento (la fábrica checoslovaca Škoda) en manos alemanas, sin alternativa para abastecerse de armas, con una industria propia insuficiente para hacerlo y unas comunicaciones deficientes, el Ejército yugoslavo se encontró en una situación desesperada ante las amenazas alemanas.
[158] El crecimiento industrial era tan exiguo que solamente podía absorber a un pequeño porcentaje de la creciente población; en consecuencia la superpoblación del agro aumentó.
[161] En 1932 el 35,7 % de los hogares rurales se hallaban endeudados y gran parte del resto necesitaba crédito, que no lograba.
[155] Las medidas estatales para mejorar la producción o reducir la deuda fueron insuficientes para frenar el empobrecimiento de la población rural.
[156] Entre 1918 y 1939 la población aumentó en cuatro millones, mientras que el número de obreros industriales solo lo hizo en 385 000 personas.
[156] La mayoría del comercio internacional se concentraba, además en países potencialmente hostiles y revisionistas.
[156] La depresión mundial redujo además drásticamente los intercambios comerciales: en 1932 estos solo representaban el 38,7 % del valor de los realizados en 1929.
[173] Los sucesivos Gobiernos tampoco dedicaron la atención necesaria a la agricultura, contentándose con una reforma agraria tras la Primera Guerra Mundial que no logró mejorar la suerte de los campesinos.
[175] Cuando llegó la guerra, la población se hallaba desilusionada, los reclutas croatas trataron de evitar acudir al frente, desertaron o se negaron a combatir, mientras que los serbios no fueron ni una sombra del Ejército de la Primera Guerra Mundial.