El reino había comenzado, tras los esfuerzos de su abuelo Ramiro, su padre Sancho y su hermano Pedro, a desarrollar una primitiva estructura estatal.
[79] Estas asentaban a pobladores cristianos del núcleo pirenaico e inmigrantes francos pero también incluían mozárabes de las propias zonas conquistadas.
Todo ello estaba iniciando un proceso de especialización económica en el núcleo pirenaico original que hasta entonces había estado más orientado a la autosuficiencia en pequeñas comunidades.
[165] Para abril de 1107 Alfonso estaba en Arguedas, supervisando sus posiciones avanzadas en occidente contra Tudela y atendiendo a la política exterior con León.
Los últimos hudíes se refugiaron en la fortaleza de Rueda, que era considerada inexpugnable y donde retuvo un pequeño reino sobre el valle del Jalón.
Algunos autores modernos han llamado la atención en cambio a esta argumentación, con precedentes hispanos como fórmula para buscar una separación matrimonial por motivos políticos.
Alfonso I contó también en esa campaña según las crónicas con el respaldo de los pardos, tildados como saqueadores por las crónicas eclesiásticas, pero que autores modernos han propuesto identificar con las milicias concejiles y caballeros villanos de la baja nobleza que le respaldaba frente a los grandes señores del reino.
[231] El lugar donde Urraca se alojaba y donde Diego Gelmírez llevó al infante Alfonso Raimundez probablemente fuera Orcellón en la diócesis de Orense en un distrito conocido como Castela.
En 1112 Alfonso rechazó una mediación del legado papal[19] y el papa Pascual II hizo oficial la amenaza de nulidad, excomulgándolos si permanecían juntos.
[247] Alfonso, que pese a la nulidad papal había intentado aferrarse al matrimonio, probablemente por el valor político de este,[248] la repudió definitivamente.
Alfonso logró en los años siguientes evitar la concentración de poder en la zona colocando a tenentes independientes como Lope Yáñez (Arnedo).
No se sabe mucho de cómo nació su buena relación, probablemente basada en sus experiencias vitales similares forjadas en la guerra contra el musulmán, pero llegaron a ser amigos íntimos.
Aunque las fuentes primarias difieren en los números de cada fuerza y probablemente las exageren por motivos propagandísticos, parece que en una maniobra sorpresiva Alfonso logró emboscar a los musulmanes.
Las tierras más allá de Daroca se encontraban sin embargo poco pobladas y tanto los almorávides como Alfonso priorizaron en los siguientes años el tramo bajo del Ebro.
Dicha localidad había quedado en las campañas de 1119 como un exclave nominal del reino vasallo hudí rodeado por las poblaciones tomadas por Alfonso.
[bn] Parece que hacia 1122, una vez terminadas las conquistas militares, se pactó su entrega pacífica con condiciones favorables a la población musulmana local.
[405] Muchos de los mudéjares y muladíes continuaron trabajando sus tierras tradicionales como exáricos, ante el colapso económico que hubiera supuesto su marcha.
[375] En 1120, su gobernador había pactado con Berenguer Ramón III la cesión de castillos en el frontera del Segre como Corbins y su apoyo contra Tortosa.
Lérida y Tortosa, al este, quedaban como las últimas plazas fuertes musulmanas desde las que amenazar el reino de Alfonso.
En el mismo 1126 los almorávides habían lanzado desde ahí una expedición punitiva aprovechando la ausencia del rey por su campaña andaluza, no pudiendo ser detenidos hasta Lascuarre,[39] lo que evidenció la necesidad de repoblar y consolidar la zona ribagorzana.
Igualmente consta su atención ese año al valle del Alhama, con Cervera y Tudején como principales fortalezas en una tenencia conjunta,[512] probablemente bajo uno de sus lugartenientes en Soria, Fortún Garceiz.
Esa ciudad, Medinaceli, Santiuste y Atienza quedaron en manos de Alfonso VII frente a las posiciones fortificadas por el aragonés.
Este se refugió con Alfonso y con su alianza el rey aragonés intentó conquistar Valencia una vez libre de la presión leonesa.
Mientras, la situación con León seguía siendo complicada y Alfonso VII había logrado finalmente el control de La Bureba gracias al tenente local.
[427] Sitió Bayona durante un año, probablemente interesado en obtener una salida fiable al océano, diferiendo las fuentes sobre si la tomó en 1131[ax] o fue salvada por un ejército tolosano.
Otorgó o amplió fueros a varias ciudades como Daroca (1129), Cáseda (1129), Encisa (1129), Peña, San Cernín (1129), Zaragoza (1129), Corella (1130) y Calatayud (1131).
[562] Sin embargo, Alfonso VII usó a Zafadola contra los almorávides y se vio ocupado por una rebelión en Asturias evitando más conflictos con el Batallador.
Planeó a orillas del Ebro una expedición fluvial para acabar finalmente con la amenaza que representaban las posiciones musulmana en Lérida y Tortosa,[dd] acopiando madera para las embarcaciones en San Millán.
La voluntad reflejada en este testamento levantó una enorme oposición entre los nobles aragoneses y navarros, que llegaron al acuerdo de no ejecutarlo.
[363] Según García Larragueta la lengua occitana usada en los documentos navarros muestra en ellos caracteres bastante uniformes, excepto en las zonas NO y N del reino.