En él se han encontrado diversos materiales como molinos barquiformes, cerámicas de tipología diversa y utillaje lítico en sílex, hoy expuestos en el Museo arqueológico de Calatayud.
[3] En cuanto a época indígena, el hallazgo más notable es un tesoro de denarios ibéricos, junto a un número importante de denarios romanos republicanos que se fechan entre los años 90 y 79 a. C., por lo que su ocultación se relaciona con la guerra de Sertorio, tan determinante en este territorio.
Asimismo, hasta hace pocos años se conservaba un puente romano que permitía cruzar el río Jiloca.
Ello sucedió en los años 933-934, durante la primera campaña de castigo contra el rebelde Muhammad al-Tuyibí de Zaragoza, y luego en (937), cuando la fortaleza, defendida por el propio al-Tuyibí, fue definitivamente ocupada por los ejército califales.
El mismo Luis Bona lo ha señalizado como ruta jacobea y alternativa de peregrinación a Santiago desde tierras valencianas.
Tiene planta alargada, cuyo eje mayor era de unos 80 m, adaptada a la cumbre del monte.
Los torreones se sitúan en el lado oeste, son rectangulares y de gran volumen.
Tiene portada gótica, del siglo XV, construida con posterioridad al edificio.
En el exterior, una de sus fachadas se adorna con una puerta en arco apuntado con dos arquivoltas, sobre la que se abren cuatro ventanas también con arco apuntado de ladrillo.
[15] Las pinturas de su retablo mayor fueron contratadas en 1475 por Domingo Ram y Juan Rius, que trabajaron en ellas hasta 1477.
Es un templo mudéjar construido a principios del siglo XV sobre el solar que ocupaba una antigua mezquita.
Consta de nave única, con ábside poligonal y capillas entre los contrafuertes.