Sancho de Larrosa

[3]​ Procedente del valle oscense de La Garcipollera, asistió a la escuela catedralicia de Jaca, cercana al monasterio de Sásabe, que dirigía un pariente suyo llamado Aznar de Larrosa y que él mismo dirigiría más adelante.

[5]​ Ese mismo año fundó el hospital de Roncesvalles y diez años después estaba concluido el claustro de la catedral pamplonesa.

En esta época los canónigos regulares se extendieron a otras zonas como Roncesvalles y San Miguel de Aralar.

Posteriormente, con el rey García el Restaurador, al ser el único prelado con su sede dentro de la monarquía recién restaurada, logró que se mostrase generoso con la iglesia de Pamplona a cambio de su apoyo en la consolidación del trono aunque al inicio de su reinado las relaciones se agriaron rápidamente debido a la ruptura del Pacto de Vadoluengo con el rey aragonés Ramiro II y la constante intromisión en los asuntos económicos de la diócesis, actitudes que no cesaros hasta la amenaza de rebelión de los nobles.

[3]​[7]​[4]​ En la Crónica de Alfonso VII se le describe como un consejero poco adulador, dispuesto a exponer su parecer por muy crudo que fuese.