Pacto de Vadoluengo
El rey pamplonés prestaría homenaje a Ramiro y le cedería las tenencias de Roncal, Villafranca, Cadreita y Valtierra.»[1][2] Tras la muerte de Alfonso I el Batallador, rey de Aragón y de Pamplona, nobles de ambos reinos, que había unido Sancho Ramírez en 1076, iniciaron una serie de querellas derivadas del testamento de Alfonso I, cuyas «cláusulas lesionaban las tradiciones jurídicas del reino», por el cual el reino pasaba a manos de tres órdenes militares: a la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, a la Orden del Temple a la que dejaba también su caballo y armas, a la Orden del Hospital a la que añadía la plaza de Tortosa si llegaran a conquistarla.[3][4] Como apunta el historiador Antonio Ubieto Arteta, «Aragón y Navarra se separaron: Ramiro II el Monje fue coronado rey de Aragón y García Ramírez el Restaurador, rey de Pamplona.Mientras tanto, Alfonso V II avanzaba por la Rioja — pudiendo invocar también para ello derechos de sus antepasados— y se presentaba en Zaragoza (diciembre de 1134), donde era recibido por los señores de la región, cuya carta de derechos se apresuró a confirmar.El señor de Zaragoza, que era el conde Armengol de Urgel — era a la vez vasallo de Alfonso V II por sus grandes intereses en tierras de Valladolid— , ayudaría a inclinar la opinión del «reino de Zaragoza» en favor del rey de Castilla.»[5] Se acordó que Ramiro II ejerciese la potestad sobre el pueblo, mientras que el navarro la ejercía sobre los caballeros y dirigía la guerra y las batallas.Además, se señalaban los límites de los reinos de Aragón y Pamplona, según los había precisado Sancho el Mayor.»[2] Este pacto fue invalidado al poco tiempo porque Ramiro II se casó con Inés de Poitou, que había demostrado su fecundidad en un matrimonio anterior, y de cuya unión nació Petronila.