En 1109 falleció Alfonso VI, dejando los reinos de León y Castilla a su hija Urraca, viuda desde hacía dos años, por lo que Galicia podría haber pasado a ser gobernada por su hijo Alfonso Raimúndez, de unos dieciséis años.
Alfonso VI impuso en su lecho de muerte a la reina un nuevo matrimonio.
Sin terminar el año contrajo matrimonio con Alfonso I de Aragón.
Diego contribuyó con sus mesnadas en las guerras contra los musulmanes cuando el matrimonio regio estaba avenido.
Para atraerse aliados en la zona, el Batallador concedió prerrogativas a Santo Domingo de la Calzada.