Casa de Haro

Contrajo matrimonito con Aldonza, que antiguos tratadistas dicen fue hija de Rodrigo Fernández de Castro "el Calvo", aunque no aparece en la documentación como hija del Castro y posiblemente fue hija del conde Rodrigo Vélaz y la condesa Urraca Álvarez.

Desempeñó un papel decisivo en el ascenso del linaje Haro así que en la construcción de la identidad nobiliaria de este grupo, que iba a dominar la sociedad política castellana, y después castellano-leonesa, durante todo el siglo XIII.

En los primeros años sirvió con fidelidad al rey San Fernando contra el que se rebeló en varias ocasiones, consiguiendo posteriormente su perdón.

Se mantuvo a su lado hasta su fallecimiento, tras el cual llegó al trono Alfonso X de Castilla con quien Diego López continuó en su posición.

Agriada la discusión, Sancho ordenó que apresasen a Lope de Haro y fue entonces cuando Lope Díaz arremetió contra el rey con un cuchillo a lo que un caballero del rey le cortó la mano derecha con un mandoble y dos golpes de maza acabaron con su vida.

Con la muerte de su padre comenzaron los enfrentamientos entre Vizcaya y Castilla.

La cosa se le complicaba ya que varios pueblos fueron cayendo en manos de don Sancho, entre ellos Labastida, Orduña y Valmaseda.

En esto, Vizcaya respondió al llamamiento de don Diego y se armaron sus casas fuertes y castillos, apellidándole por señor de la tierra vizcaína.

La muerte de Diego López IV sin hijos hizo que su herencia fuese disputada.

Al quedar libre el infante don Juan, intentó conseguir que le devolvieran el Señorío y al no conseguirlo, se unió a otros descontentos, para luchar contra la reina regente María de Molina, que fue defendida por Diego López de Haro V.

Continuaban las escaramuzas entre los linajes del país y María Díaz de Haro se retiró por una temporada de los negocios públicos, dejando a su hijo Juan al cargo del señorío.

Tras ser asesinado su hijo Juan, por orden de Alfonso XI, María Díaz abandonó a Castilla.

En esto el rey don Pedro intentó apoderarse del niño Nuño, pero los vizcaínos le ampararon poniéndole a salvo con la señora que le criaba llamada doña Mencía, no sin que el rey le persiguiese hasta Santa Gadea.

Refiriéndose a Diego López de Haro, dice lo siguiente: «Era Don Diego López de Haro muy buen montañero, y estando un día en la parada aguardando que viniese el jabalí, oyó cantar en muy voz alta a una mujer encima de una peña; y fuese para ella muy fuertemente y preguntóle quien era; y ella le dijo que era una mujer de muy alto linaje, y él le dijo que pues era mujer de muy alto linaje que casaría con ella, si ella quisiese, porque él era señor de aquella tierra; y ella le dijo que lo haría, pero con la condición de que le prometiese no santiguarse nunca, él se lo otorgó, y ella se fue luego con él.

Esta dama era muy hermosa y muy bien hecha en todo su cuerpo, salvo que tenía un pie como de cabra.

Monumento a Diego López de Haro en Bilbao .