Su padre, Guillermo II de Bearne, conde de Bearne y señor de Montcada, ayudó a Jaime I de Aragón (1208-1276) en su lucha contra los musulmanes para incorporar las Islas Baleares a la Corona de Aragón entre 1229 y 1235.
Su esposo, Diego López III de Haro, fue el séptimo señor de Vizcaya, entre 1236 y 1254.
En general, se caracteriza por su fidelidad al trono de Castilla en las personas de Fernando III el Santo y Alfonso X el Sabio hasta 1254.
Solo se conocen dos momentos de su vida en los que se rebela contra los monarcas castellanos.
Tras declararse súbdito aragonés, se retiró a Baños de Oja (La Rioja) aquejado de reuma, ciudad en la que murió el 4 de octubre de ese mismo año abrasado tras recibir unos baños especiales para curar su enfermedad.