Más adelante se reconcilió con el rey de Castilla, logrando que este le confirmase los privilegios sobre Haro que su padre había perdido y fue armado caballero por Fernando de la Cerda, primogénito de Alfonso X.
En 1287 era regente del reino junto a Martín González obispo de Astorga.
Hallándose este en Alfaro el 8 de junio de 1288, entre otros nobles convocó al infante Juan y a Lope, para reclamarles los castillos que le habían usurpado.
Agriada la discusión, ordenó que apresasen al de Haro.
[10][a] Y la mayoría de los historiadores, aunque sin mencionar que había sido enterrado en Nájera, señalaron que sobre su sepulcro estaba colocado el siguiente epitafio,[12] que fue consignado por Gonzalo Argote de Molina[13] y por Antonio Benavides:[14] El epitafio colocado sobre el sepulcro del conde le fue comunicado a Argote de Molina, como destacó Mañueco Villalobos, por el «maestre Álvar Gómez», aunque la fecha que aparece en el mismo es errónea aun considerando que está numerada conforme a la era hispánica, ya que fue asesinado en 1288.