Con la muerte su padre comenzaron los enfrentamientos entre Vizcaya y Castilla.
Diego López se unió a Navarra y Aragón para combatir a don Sancho y reconocer como rey de Castilla a Alfonso de la Cerda.
La cosa se le complicaba ya que varios pueblos fueron cayendo en manos de don Sancho, entre ellos Labastida, Orduña y Valmaseda.
En esto, Vizcaya respondió al llamamiento de don Diego y se armaron sus casas, fuertes y castillos, apellidándole por señor de la tierra vizcaína.
La muerte de Diego López IV sin hijos hizo que su herencia fuese disputada.