Batalla de Candespina

Dada esta situación, la reina Urraca encabezó un partido rebelde contra su esposo y congregó en Burgos las fuerzas de importantes prelados y magnates leoneses, castellanos, portugueses y gallegos, entre cuyos caudillos cabe citar al conde Pedro Ansúrez, Fruela Díaz o Rodrigo Muñoz, todos ellos comandados por Gómez González y Pedro González de Lara, cuya actuación sería decisiva en el resultado de la batalla.

Alfonso I, por su parte, consiguió contar con el apoyo del conde Enrique de Portugal La batalla tuvo un desarrollo discutido, y lo único que se sabe a ciencia cierta es que Alfonso I de Aragón obtuvo una clara victoria.

Generalmente, se admite que en esta victoria influyeron las disensiones internas del contingente opuesto al Batallador.

[2]​ La victoria de Alfonso I el Batallador, aunque fue aplastante, no tuvo mayores consecuencias.

A pesar de que temporalmente dio origen a una tregua entre las facciones (y esposos) rivales, la rebelión contra el rey aragonés continuaría y se incrementaría con la toma de partido del obispo santiagués Diego Gelmírez al año siguiente, y con la proclamación del infante Alfonso Raimúndez como rey de León con todo el boato de que fue capaz la sede compostelana.