[3] Según la hipótesis desarrollada por Julio Caro Baroja los topónimos vasco-navarros con desinencia -ana designan antiguas villas romanas de carácter urbano.
En este caso particular Baroja propuso que se escondía un nombre latino muy conocido, Annius (Annio), habiendo sido el topónimo original por tanto Anniana.
Riega su término por el sur el arroyo Omecillo, afluente del río homónimo, que tributa a su vez en el Ebro.
Sus alturas oscilan entre los 1.009 (Canto Blanco) y los 576 m. La capital, villa de Salinas de Añana, se encuentra en la zona centro-sur del término, en la orilla derecha del arroyo Omecillo, a los 0°42′ y 42°48′5″.
[7] Y a Leonor Enríquez le fue entregado el señorío de Salinas junto con todos sus habitantes, términos, aldeas, la jurisdicción civil y criminal, el mero y mixto imperio y los derechos, rentas o pechos propios de la Corona en aquel lugar, entre los que figuraban los tributos del yantar, escribanía, martiniegas, portazgos, infurciones y la cabeza de pecho de los judíos, por lo que su cesión a esa dama, como señaló Urcelay Gaona, no difiere de aquellas que el rey Enrique II, que era tío de Leonor, y sus sucesores, concedieron en esa época a algunos nobles.
[10] Desglose de población según el Padrón Continuo por Unidad Poblacional del INE.
Las salinas están abandonadas desde mediados del siglo XX y sus maderas se degradaron rápidamente.