El nombre de 'dinero' hace referencia por antonomasia al dinero jaqués que se documenta por vez primera en Aragón con el rey Sancho Ramírez (1063-1094).
[1] Con Alfonso II de Aragón el dinero jaqués mantuvo su ley; posteriormente, Jaime I el Conquistador la redujo, reduciendo su grosor a la mitad.
Con Jaime II empezó a acuñar dineros también Sariñena y en la Edad Moderna, para el reino de Aragón, el taller principal es Zaragoza.
Como el oro y la plata mantenían hasta la era moderna una paridad 12:1, cada sueldo equivalía a doce dineros y la libra de plata equivalía a veinte sueldos.
Estas monedas son piezas de coleccionista, acuñándose los siguientes valores:[cita requerida]