El sueldo fue una unidad de cuenta con valor de 1/20 parte de la libra.
[1] Se acuñó en los sistemas monetarios anteriores a la reforma hecha por Carlomagno, que estableció la equivalencia Como explicaba Mateu y Llopis: A partir de ese momento se utilizó como moneda de cuenta y aunque a partir del siglo XIII volvieron a acuñarse monedas con valor de un sueldo, adoptaron otros nombres.
Durante la Edad Media y Moderna fue una unidad empleada frecuentemente en las tesorerías y cuentas de gran parte de los reinos y principados europeos occidentales.