En 1095 se enroló en la Primera Cruzada, en el ejército del conde Raimundo IV de Tolosa.
Más tarde, cuando los cruzados vuelven a ponerse en marcha hacia Jerusalén, Gastón es citado como formando parte del ejército lotaringio.
[15] De Ramala cabalga hasta Jerusalén, cuyas murallas es el primer cruzado en contemplar.
[17][3] Sin embargo, al día siguiente, un grupo de cruzados exaltados se dirige al Templo y asesina también a este grupo, originando la ira de Tancredo y Gastón.
[18] Bien porque no le interesase la gloria personal, bien por tener un título poco importante, Gastón no participó en las intrigas y luchas de poder que enfrentaron a los distintos comandantes cruzados tras la conquista de la ciudad santa.
Por ello se puede afirmar que Gastón IV gobernó el vizcondado de Bearne como un principado independiente.
No se sabe si Gastón IV participó en esta acción pero en 1113 aparece mencionado en un documento como «señor de Barbastro», lo cual indica que ya había debido guerrear en Aragón y ser recompensado por ello.
La capital del Ebro quedaba así aislada de su principal apoyo y lista para ser atacada al año siguiente.
[30] La toma de los arrabales fue fácil pero la ciudad en sí resistió durante largos meses.
Gastón hizo construir veinte catapultas y varios castillos rodantes similares a los usados en Jerusalén.
Al final la ciudad capituló el 2 de diciembre, sin que esté claro si se rindió por hambre o porque los cruzados consiguieron abrir una brecha.
[31][2] A su vez, Gastón repartió parte de las tierras adquiridas entre los nobles bearneses que le habían acompañado.
[32] Al año siguiente (1119) participó en la exitosa campaña contra Tudela, Borja, Tarazona y Soria, batallas en las que sin embargo fue eclipsado por el protagonismo de los caballeros normandos.
Los almorávides, alarmados por el empuje cristiano, movilizaron un gran ejército que en 1120 se dirigió hacia Zaragoza.
[33] Tras ello, las villas de Calatayud y Daroca cayeron fácilmente en manos aragonesas.
[36] En el invierno de 1124-1125 Gastón volvió a guerrear en España, participando en la expedición sobre Peña Cadiella.
Los cruzados conquistaron la Peña, rechazaron el contragolpe almorávide pero tuvieron que retirarse después, al no poder conservar una posición tan lejana.
Esta cabalgada, en la que Gastón naturalmente participó, fue ampliamente comentada en las crónicas medievales y ha pasado a la historia como la «Hueste de España».
Allí Alfonso anunció el verdadero objetivo de la expedición: Granada, donde supuestamente los mozárabes estaban dispuestos a derrocar al gobierno almorávide o al menos a partir con los cristianos hacia Aragón.
[2] Tras esta campaña, mientras que Alfonso se dirigió hacia el valle de Arán, Gastón y el también bearnés Esteban, obispo de Huesca, se dedicaron a guerrear en la Península contra los almorávides, perdiendo ambos la vida.
[7][44] Jerónimo Zurita dice simplemente que Gastón y Esteban fueron muertos por los moros en 1131.
El historiador hispano-musulmán Ibn Idhari da más detalles:[45] La cabeza de Gastón fue enviada posteriormente a Marrakech.
El cuerpo fue devuelto, tras el pago de un fuerte rescate, y enterrado en la basílica del Pilar, en Zaragoza.
[46] Gastón fue sucedido al frente del vizcondado de Bearne por su joven hijo Céntulo VI, ejerciendo Talesa la regencia.