Los cruzados no pudieron responder rápidamente debido a la sorpresa del ataque.
Los cruzados resistían ferozmente contra la caballería, pero la esperanza de la victoria estaba muy lejos.
Los turcos, aterrados al ver las fuerzas de Godofredo acercarse, huyeron rápidamente.
Tras esta victoria los ejércitos cruzados se llenaron de optimismo, se han documentado cartas de soldados cruzados a sus esposas, en las que decían que en apenas tres semanas alcanzarían Jerusalén, sin embargo estaban equivocados, ya que tardaron casi tres años más en alcanzar Tierra Santa.
Después un pequeño contingente turco de doce mil hombres intentó cerrar el paso pero los cruzados guiados por Esteban y en superioridad numérica lograron vencerles, en la batalla murió el general que dirigía esta operación de defensa desesperada Queazar y los pocos sobrevivientes se replegaron, en el resto del viaje los cruzados no encontraron mayor resistencia hasta llegar a Antioquía.