Cuando los alemanes llevaban tres días de marcha, pasada Dorilea, los mandos ordenaron volver atrás y reagruparse.
Mientras iniciaban la retirada, el 25 de octubre, los selyúcidas atacaron y provocaron que los cruzados empezaron a huir desordenadamente.
El resto del ejército alemán, junto con los franceses, se trasladó a Antalya, y continuaron hacia Tierra Santa.
Manuel I proveyó de barcos para trasladar a Conrado y su séquito hacia Palestina.
El siguiente paso de la Segunda Cruzada sería tomar Damasco, hito que tampoco consiguieron.