Quizás por estás razones, fue que los nómadas turcomanos lanzaron toda su fuerza bélica hacia este sector enfrentándose a la nobleza armenia y griega del imperio bizantino en vez de seguir las órdenes de los grandes Sultanes Selyúcidas, sus líderes nominales, de dirigirse a Siria, Palestina y Egipto para enfrentarse a los fatimíes.
En 1075, Suleiman conquistó las ciudades bizantinas de Nicea (İznik) y Nicomedia (İzmit).
El sultanato fue ampliado, pero cuando Suleiman fue asesinado en Antioquía (Antakya) en 1086 por Tutush I, el soberano selyúcida de Siria, la dinastía se vio abocada a su fin cuando el hijo de Suleiman, Kilij Arslan, fue encarcelado.
Derrotado por los cruzados en 1097, retrocedió hacia Anatolia donde estableció su estado alrededor de Iconio (Konya).
En 1107 capturó Mosul, pero el mismo año murió cuando luchaba frente a Mehmed Tapar, hijo de Malik Shah.
Kaikosru I asedió Konya en 1205 y se proclamó sultán por segunda vez en su vida.
Kaikaus capturó en la costa del mar Negro la ciudad de Sinope (actual Sinop) y convirtió a Trebisonda en su vasallo en 1214 así como sometió Cilicia, aunque no tuviera más remedio que rendir Alepo a Saladino en 1218.
En 1225 también envió una fuerza expedicionaria a través del mar Negro hasta Crimea.
El empuje mongol se hace sentir en Anatolia hacia mediados del siglo XIII.
En ese momento, Kaikosru tuvo que afrontar una amenaza emergente aún más peligrosa, los mongoles.
El mayor de ellos, Kaikaus II (1246-1260), asumió el gobierno en la zona occidental del río Kizil Irmak con Konya como capital.
Sus hermanos más jóvenes, Kilij Arslan IV (1248-1265) y Kaikubad II (1249-1257) establecieron su soberanía al este del río Kizil Irmak, con Sivas y Malatya como capitales, bajo la administración mongola.
Kilij Arslan IV fue ejecutado en 1265 y Kaikosru III (1265-1284) se convirtió en el gobernante títere de toda Anatolia.
En 1277 Anatolia fue invadida por el gobernante mameluco Baibars I y sustituyó a los mongoles como administradores del sultanato selyúcida, pero muy pronto perdieron el interés y el mando fue asumido de nuevo por los mongoles, al menos oficialmente.
Tras aproximadamente dos siglos de poder selyúcida, al parecer coexistieron varias etnias (turcomanos, griegos, armenios) y confesiones en relativo buen entendimiento.
Por su parte, los sultanes no se niegan a casarse con princesas griegas o georgianas.
En volúmenes simples una arquería inscrita en un rectángulo se adhiere a una decoración abundante, confinando en ocasiones la exuberancia, con franjas epigráficas, lazos y nudos, motivos vegetales y animales, muqarnas: madraza Ince Minare en Konya (1258), madraza Gök en Sivas (1271), mezquita Ulu Cami en Divrigi (1229).
Excepto los elementos esculpidos en piedra, la profusión decorativa propia de los selyúcidas se encuentra en el trabajo en madera, bronce y estuco.
La decoración, pintada en vidriado, lustrado, esgrafiado, o de tipo minai, evoca un repertorio característico: personajes con rostro redondo y con ojos almendrados, animales reales y fantásticos, signos del zodiaco, todo en composiciones cercanas a la heráldica.
Otros emiratos, situados en la frontera con los bizantinos, permanecieron independientes realizando la Guerra Santa a los griegos.