Otras regiones conocieron un desarrollo más tardío de la arquitectura románica, cuya originalidad eclosionó en el siglo XI, como Westfalia, Toscana, Apulia, Provenza y Aquitania.
En Germania, la dinastía carolingia se extinguió en 911 con Luis el Niño (r. -899-911) y la corona real cayó por elección en manos del duque Conrado de Franconia.
Influenciado por Gerberto de Aurillac —futuro papa Silvestre II (p. 992-1003)—, el rey soñaba con un imperio universal cuya capital sería Roma.
Los monumentos, algunos verdaderas proezas arquitectónicas, formaban parte del patrimonio de la dinastía carolingia al tiempo que integraban influencias bizantinas.
Esta rotonda oriental, que recuerda a los mausoleos paleocristianos, tiene tres niveles abovedados conectados por escaleras dispuestas en unas torrecillas laterales.
Al este, las columnas están soportadas por grandes resaltos con el espesor suficiente para disponer en ellos escaleras de caracol.
[32][47] La arquitectura otoniana se formó sola, casi en el vacío, haciendo evolucionar los modelos carolingios y resistiendo las contribuciones del primer arte románico mediterráneo.
A principios del siglo XI, la visión estética de la arquitectura románica se manifiesta no solamente en la pila compuesta, sino también en la decoración escultórica.
A principios del siglo XI, se cuestionan los motivos vegetales derivados de las capiteles corintios utilizados en la arquitectura carolingia.
Los capiteles historiados eran todavía raros, ya que el estilo no quedará bien definido hasta finales del siglo XI.
Los tres niveles inferiores de la fachada forman un bloque cuadrado, que contribuye a la apariencia masiva del conjunto.
En la Île-de-France y en el Valle del Loira, no se construyó más en este estilo después de los años 1140-1160.
La segunda parte del monasterio estaba reservada para la vida en común de los religiosos, con la iglesia, un pequeño claustro, la sala capitular, el refectorio y su cocina.
Los escultores fascinados por la figura humana se reunieron en un entorno homogéneo y relativamente estable en talleres que trabajaban para sitios locales.
En la época románica, la atracción estética irresistible del color se justificaba por su valor simbólico y desempeñó el papel que la luz tomará en la arquitectura gótica.
La pintura románica también es visible en edificios no abovedados y queda un único techo con figuras en la pequeña iglesia de Zillis en los Grisones.
Algunas iglesias tienen los brazos del crucero convertidos en sendos ábsides que con el central forman una especie de gran trifolio.
Los capiteles románicos ofrecen especial interés por lo variado de sus formas y por las curiosísimas labores con que suelen decorarse.
Dichas trompas se constituyen por una bovedilla semicónica o por una serie de arquitos en degradación que hacen el mismo oficio.
Al ejercer un importante empuje lateral, debían contrarrestarse con la construcción de espesos muros, contrafuertes y arcos fajones reposando sobre gruesos pilares.
Evidencias arquitectónicas románicas se pueden encontrar en todo el país, con muchas iglesias y monasterios fundados durante ese período.
En algunas zonas, hubo una verdadera fiebre constructiva, como el románico palentino del que hay más de seiscientas iglesias catalogadas.
Algunas iglesias y catedrales, en el siglo XIII, ya anuncian la transición al gótico, como las de Ciudad Rodrigo o Ávila.
El ambicioso plan del obispo era crear una peregrinación a la iglesia, con tres naves laterales, un ambulatorio y un gran transepto.
Los benedictinos y otras órdenes religiosas dieron un gran impulso a la arquitectura románica durante todo el siglo XII.
Un destacado edificio románico religioso es la iglesia Redonda (Rotunda) en el castillo de Tomar, que fue construida en la segunda mitad del siglo XII por los caballeros templarios.
Las iglesias con planta cruciforme tenían frecuentemente un coro profundo y un crucero cuadrado que devino característico de la arquitectura eclesiástica inglesa.
El edificio de tres plantas es soportado por una pared exterior circular y excepcionalmente ancha, con una columna central hueca.
Esto siguió al establecimiento del arzobispado nórdico en esa ciudad en 1103, ya que llegaron maestros artesanos germanos y lombardos a para ayudar en su construcción.
Ella cree que el contraste entre los dos estilos debería ilustrar la idea teológica de la vida humana como un viaje espiritual hacia lo divino.