Arte románico en Cataluña

La rápida difusión del estilo románico se debió a los condes catalanes que fueron recuperando de manera progresiva su independencia respecto al imperio carolingio y ganando fuerza y terreno a los reinos islámicos.

[2]​ Diferentes grupos compuestos por estos constructores lombardos desarrollaron una gran actividad desde los primeros años del siglo XI.

A lo largo de unos veinticinco años levantaron iglesias bastante semejantes entre sí por todo el territorio catalán.

De este último dan testimonio múltiples capiteles y elementos decorativos claramente califales.

Se advierte en estos primeros años una gran actividad arquitectónica por parte de los grupos compuestos de maestros y canteros lombardos que trabajan por todo el territorio catalán, erigiendo templos bastante uniformes.

[3]​ La zona pastoral del abad Oliba fue la más poblada en monumentos de tipología lombarda, pero pronto se extendió por otras diócesis.

En Gerona se conservan las iglesias de Palau Sabardera, Rosas, Colera, Cruïlles, San Daniel y alguna más.

El arte románico catalán se vio impulsado por un gran aire innovador sobre todo en los condados orientales a cuyos territorios no había llegado todavía la renovación o construcción de los primeros tiempos, y también en el interior de los valles pirenaicos.

De Provenza y Languedoc llegarían equipos acostumbrados a trabajar la piedra, con lo cual el sentido ornamental recuperó su importancia y tomó un vigor desconocido con la influencia de los talleres tolosanos que se pusieron en contacto con los talleres del Rosellón.

[6]​ Todo este desarrollo artístico no habría podido ver la luz sin un cambio en la política y en la historia de Cataluña.

Esta zona se había mantenido impenetrable al impacto lombardo de los primeros tiempos.

Se trata de una zona donde no había llegado tampoco la innovación lombarda del periodo anterior.

Los claustros catalanes apenas se distinguen unos de otros en cuanto a su arquitectura con características iguales o muy parecidas.

Apenas si quedan rastros de aquellas construcciones habidas en los siglos XI y XII; algunas descripciones se han podido hacer gracias al testimonio escrito.

Los restos románicos más importantes que se conservan son los integrados en la construcción gótica del Palacio Real Mayor de Barcelona.

Este castillo controlaba la entrada más importante llamada Portal Mayor (en la actual Plaza del Ángel).

[13]​ Los escultores que trabajaron en estos talleres siguieron en plena actividad a comienzos del siglo XII hasta llegar a la época ascética de la moda del císter que eliminó toda iconografía esculpida.

La puerta de Cuixá pertenecía al claustro y fue después trasladada a la casa del abad.

En las jambas están representados Pedro y Pablo, al más puro estilo mozárabe.

[19]​ No se conservan muchos manuscritos iluminados pero el número alcanzado que ha llegado intacto hace presumir la existencia de numerosos escritorios o scriptoria que producirían obras muy dignas e importantes, desde una primera etapa hasta el periodo gótico.

Aunque parte de esta obra se ha perdido por diversas causas, ha llegado a nuestros días un gran número de ellas; algunas se conservan in situ en las iglesias y otras fueron trasladadas a los museos donde pueden custodiarse mejor.

[20]​ La imaginería prosperó en época románica y a su lado los talleres de pintura que la decoraban.

Se conocían estas obras como pintura a la aguja por su calidad técnica y artística.

La calidad de los tejidos es remarcable y valiosa en especial la seda oriental o hispanoárabe.

Monasterio de San Pedro de Roda.
Santa Coloma de Andorra
Capiteles y basas de tradición califal en San Pedro de Rodas
Ábsides con deccoración lombarda en Santa María de Ripoll
Fachada lateral de la seo de Urgel con arcos lombardos
Interior de San Clemente en el valle de Boí. Cubierta de madera a dos aguas
Claustro de la catedral de Gerona.
Ruinas del castillo de Llordá
Castillo de Mur
Capitel del claustro de Elna
Dintel de mármol de san Andrés de Sureda.Maestro de san Genís
Detalle de la puerta de entrada de la Abadía de Santa María de Arles
Detalle de uno de los capiteles de la tribuna de la abadía de Santa María de Serrabona .
Capitel de la Iglesia de Rieux-Minervois. Maestro de Cabestany
Pantocrátor de Sant Climent de Tahull.
Tapiz de la creación
Capitel tallado por Gilabertus