La rue du Taur (calle del Toro) que lleva de la Place du Capitole a la basílica recibe su nombre del mismo santo, cuyo martirio según la leyenda consistió en ser arrastrado por un toro salvaje.
En el lugar donde cayó su cuerpo exangüe se alza hoy la iglesia del Taur, a medio camino entre Capitole y Saint-Sernin.
Dieciséis años después del comienzo de la construcción, en 1096, el papa Urbano II consagró el altar.
San Sernín continuó siendo una sencilla iglesia escolar hasta el 1778, fecha en la que fue finalmente consagrada como basílica.
Un magnífico claustro y una abadía se hallaban al norte de la basílica, pero fueron derruidos durante el siglo XIX.
La fachada occidental es un simple cerramiento en la que se puede observar las bases de las dos torres laterales iniciadas y nunca terminadas.
El deambulatorio rodea la tumba de san Saturnino de Tolosa, en una posición elevada y cubierta por un baldaquino barroco que sustituyó, a mediados del siglo XVIII, otro anterior gótico del siglo XIII.
La tradición local afirma que fue Carlomagno quien se llevó los restos hasta Toulouse desde la ciudad gallega.