Al igual que los soberanos carolingios, también los otonianos fueron fundadores incansables de grandes edificios eclesiásticos (abadías, catedrales) que se caracterizan por un Westwerk (cuerpo occidental), contrapuesto al coro, reservado para el emperador.
Luis recibió la Francia oriental, que se corresponde con el territorio de la actual Alemania.
En 962 fue coronado emperador en Roma y fundó el Sacro Imperio Romano Germánico, que le situó en el legado de Carlomagno, que a su vez se había colocado en la del Imperio romano desaparecido.
Todavía joven, su madre aseguró la regencia, y por lo tanto reafirmó la influencia bizantina en el arte otoniano.
Influenciado por Gerberto de Aurillac el rey sueño con un imperio universal cuya capital sería Roma.
Los talleres monásticos se convierten en la fuente de todo el arte otoniano: esculturas, pinturas, joyas, miniaturas.
Así, la catedral otoniana típica tenía planta basilical, una cabecera flanqueada por torres, una torre de entrada tour-porche (aspecto que será largamente conservado en las iglesias germánicas) y a veces capillas laterales en el transepto.
A estos elementos típicamente carolingios se añaden algunas novedades especialmente en el alzado, como la alternancia de pilastras y columnas (que enfatizan la singular campata en lugar del desarrollo longitudinal de la nave), los masivos muros espesos, la arcada semiciega en el interior de galerías sobre la nave central, la racionalidad geométrica; en los capiteles se da una inventiva fantasiosa, donde entre las hojas talladas del estilo corintio estilizado aparecen cabezas humanas: todos los elementos estructurales y decorativos que anticipan la arquitectura románica.
La iglesia fue reconstruida en época románica, así que hoy su aspecto original se conoce sólo a través de reconstrucciones y dibujos.
La iglesia de San Miguel tiene una planta generada a partir del diagrama geométrico con tres cuadrados: uno central de la nave central y dos casi gemelos en los extremos, uno con el transepto y tres ábsides, el otro con un profundo ábside con deambulatorio descansando sobre la cripta.
En el interior las pilastras y columnas se alternan entre las naves laterales y en los extremos del transepto se encuentran los llamados cori degli angeli [coros de ángeles] (en el plano superior, el Matroneo degli Angeli [matroneo de los Ángeles]), con ventanas que disminuyen en altura siguiendo relaciones matemáticas.
Entre las obras más significativas del siglo XI en Italia está la iglesia de Santa María la Mayor en Lomello (1025-1040), con tres naves con transepto rebajado, cuya originalidad reside en los grandes arcos transversales que cruzan las naves laterales y en la decoración de las paredes de la nave central: aquí las pilastras siguen en lesena hasta el claristorio, mientras que los arcos que separan las naves laterales se apoyan en semicolumnas que se incorporan en las pilastras del mismo lado; por lo que se refiere a los capiteles (sencillas losas de mármol horizontales) son más o menos las continuaciones de los pilares en la pared y forman un motivo que recuerda de la Cruz.